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¿Qué te viene a la mente cuando piensas en las vacaciones?
¿Gimes, sintiéndote agobiado por todo lo que tienes que hacer? ¿Teme ir a comprar regalos o limpiar después de una celebración de Navidad o Janucá?
O, ¿sientes una sensación de diversión, de deleite, de alegría al celebrar, dar y recibir?
¿Qué parte de ti está a cargo de las fiestas: tú yo crítico o tú yo amoroso?
Piense por un momento en el niño pequeño que hay en usted: el niño que amaba las fiestas. ¿Qué te deleitó de la Navidad o Janucá? La mayoría de los niños están realmente emocionados por recibir regalos, pero muchos niños también se sienten igualmente emocionados por dar regalos. ¿Disfrutaste decorando tu casa?
¿O fueron las fiestas un tiempo triste, un tiempo de angustia por no tener suficiente dinero? ¿O un tiempo de soledad por la pérdida de un ser querido? ¿Fueron momentos de estrés en tu familia? ¿Hubo abuso durante la época de vacaciones?
Cualquiera que sea la situación del pasado, ahora tienes la oportunidad, como adulto, de darle a tu propio niño interior la Navidad o Janucá que él o ella quiere y merece. Tienes la oportunidad de pasar a la gratitud por lo que tienes en lugar de la ansiedad por todo lo que tienes que hacer. En lugar de elegir temer o resistir el espíritu navideño, ¿por qué no abrirse a él, abrazarlo, sentir su gracia?
Deja que el niño que hay en usted haga las compras de regalos. Deja que el niño que hay en usted reciba el placer de elegir el regalo adecuado para un amigo o un ser querido. O deja que el niño que hay en ti encuentre alguna forma de dar, alguna forma de compartir tu amor. Incluso si estás solo o eres pobre, en lugar de sentir lástima por ti mismo, encuentra una manera de cuidar a alguien que tiene menos que tú.
El espíritu navideño se trata de gratitud y generosidad. Aprovecha la oportunidad para darte cuenta de lo gratificante que es dar con alegría en lugar de resistirse o enojarse por el trabajo que implica.
Aprovecha esta oportunidad para descubrir cuán lleno se siente tu corazón cuando eliges sentirte agradecido en lugar de malhumorado.
Los sentimientos provienen de los pensamientos. Si eliges pensar, “Oh no, las vacaciones ya están aquí. Hay demasiado trabajo por hacer”, es posible que se sienta ansioso y abrumado. Si decides pensar: “Qué fastidio tener que salir a comprar regalos”, es posible que te sientas resentido. Si eliges pensar: “Otra temporada festiva y sigo solo”, es posible que te sientas deprimido. Si eliges pensar: “Esto es solo un feriado comercial para que los negocios puedan generar dinero”, es posible que te sientas enojado.
Sin embargo, si eliges pensar, “¿Cómo puedo hacer que esto sea divertido?” puede sentirte emocionado. Si eliges pensar, “¿Cómo puedo dar a otros en esta festividad?” puedes sentirte con el corazón abierto. Si eliges pensar: “Puedo comprar cosas para las personas que amo”, puedes sentirte agradecido.
Entonces, ¿quién quieres ser esta temporada navideña? Puedes elegir ser un Grinch, de corazón cerrado y enojado por la Navidad. Puedes elegir estar tenso, ansioso, crítico, deprimido, temeroso, retraído o resistente.
O puede elegir ser feliz, pacífico, emocionado, agradecido, amoroso, de corazón abierto y alegre. Todo depende de ti. Cómo te sientes es el resultado de cómo eliges pensar en las vacaciones.
¿Por qué no pruebas un experimento estas vacaciones?”. Negarse a permitir pensamientos negativos. En su lugar, haz una lista de pensamientos positivos y tan pronto como surja un pensamiento negativo, imagina cambiar de canal en un televisor, cambiando al canal positivo.
¡Entonces notarás cómo te sientes feliz siendo inundado por el espíritu navideño!
