Cuando oramos, como Jesús nos enseñó, debemos acercarnos a Dios, “Padre nuestro”, como un niño pequeño. A través de la redención de Jesús en la cruz, Él nos rescató del paraíso de la intimidad perdido por Adán.
Un pensamiento que me viene a la mente: si te ama tanto que envió a su Hijo a morir por ti, ¿cuánto debemos amarnos unos a otros? ¡Él es amor! Él quiere que camines y hables con Él como lo harías con tu mejor amigo.
-“Prosperad y gozad de salud, así como prospera vuestra alma”. (3 Juan 2).
Es importante leer la Biblia, meditar en ella y honrar a Dios haciendo lo que te dice que hagas. Esta no es una solución rápida de la noche a la mañana, es un camino que deberás recorrer.